Lagartija colirroja
Cuando observamos a una lagartija colirroja, la primera impresión es la de un animal de aspecto robusto, dentro de sus limitadas dimensiones, y a la vez estilizado. Destaca sobre todo la cola, muy larga, así como sus extremidades, fuertes y bien desarrolladas. Los mayores ejemplares pueden superar los 20 cms. de longitud total, dos tercios de los cuales corresponden a la cola y el resto al tronco. Tiene una cabeza grande y ancha, con forma triangular vista desde arriba. El hocico es corto, romo, y en su parte posterior hay un surco pronunciado. Los ojos, de buen tamaño, son ligeramente prominentes y poseen pupilas circulares de color negro e iris dorado. Una característica morfológica fundamental que permite diferenciarla del resto de lagartijas presentes en Granada es que no tiene escama occipital. Por otro lado es destacable la presencia de 2 grandes escamas supraoculares a cada lado de la cabeza. En su garganta podemos distinguir un collar en forma de” v “compuesto por escamas de borde aserrado. También destacan por su gran tamaño los orificios timpánicos, ovalados y de color oscuro.
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