El jilguero
El jilguero es una ave muy común, algo más pequeña que un gorrión, pero de un colorido que le ha hecho merecedor de su apodo“colorín”. En su cabeza, cuando son adultos lucen un plumaje de color rojo que cubre gran parte de la cara. Sus ojos de color negro y su pico de color blanquecino contrastan con el resto del plumaje que es de color castaño, tanto la zona ventral como la dorsal. Llaman la atención sus alas, que lucen colores amarillos y negros que le hacen inconfundible sobre todo al volar: también pueden advertirse unas pequeñas manchas blancas en las puntas de las primarias y secundarias. La cola es negra con manchas blancas en la punta. La diferencia entre machos y hembras puede apreciarse cuando ya han desarrollando completamente el plumaje. En los machos la mancha roja de la cara supera la línea de ojos, mientras que en la hembra no lo hace. Los juveniles son algo más apagados de plumaje y no lucen el color rojo y negro de los adultos en la cara.
El jilguero suele habitar en bosques abiertos, zonas de cultivo, huertos, parque y jardines así como dentro de ciudades y pueblos.
Cuando llega la primavera, sobre el mes de abril, construye un nido de forma bastante artesanal en arbustos y árboles a dos o tres metros del suelo. La puesta será de cinco a seis huevos que serán incubados por la hembra, mientras el macho aporta alimento. Una vez que nacen los poyos, a las dos semanas, son alimentados por ambos congéneres durante dos semanas, incluso después no es raro que sigan siendo alimentados durante alguna semana más fuera del nido. Son frecuentes dos puestas anuales.
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